El mPS (mlean® Production System) es uno de los softwares más completos del mercado para gestionar la mejora continua de las fábricas, según Antonio Alonso, uno de sus creadores y socio de mlean. Estas soluciones están desplegadas y gestionadas con una suite de apps que cubren toda la gestión en las plantas productivas, que antes se hacía de manera manual y que hoy son las principales herramientas que utilizan en su día a día jefes de producción y operarios en las fábricas donde el sistema está implementado.

Así explica Alonso en qué consiste esta herramienta que actualmente se utiliza en más de 230 fábricas de diferentes industrias y en más de 30 países. Sus clientes son desde grandes corporaciones hasta pequeñas fábricas que quieren ser más eficientes.

Uno de los secretos del éxito es que su objetivo raíz ha estado enfocado a facilitar el trabajo a las personas en las fábricas, a mejorar su comunicación, compartir conocimiento e ir mejorando gracias a estar conectados entre sí. “En los inicios, la digitalización y cómo sería el futuro ya estaba en boca de todos; pensábamos en robots o máquinas funcionando autónomamente en las fábricas. Conociendo el entorno industrial, consideramos que nos estábamos olvidando de las personas que hay en las fábricas y que son las que lideran la ejecución, pero también son el motor de la innovación en las mismas. Queríamos ayudarlas a ser más eficientes en su día a día”, cuenta Antonio Alonso, uno de los tres socios fundadores.

Conocer al cliente desde dentro

Alonso, junto a Roberto Delgado y Angélica Lozano —los tres provienen de trabajar como ingenieros de telecomunicaciones en grandes corporaciones— ya habían fundado su primera startup, Solid Gear, en 2011, dedicada al desarrollo de soluciones. 

En 2020 vendieron la empresa para centrarse definitivamente en mlean. Pero antes de eso hubo un trabajo previo de análisis y pruebas concepto en distintas fábricas que se ofrecieron a validar un sistema digital que reemplazaría todo lo que se hacía en papel u hojas de cálculo hasta el momento. Esta resultó ser una ayuda fundamental para desarrollar el mejor producto. 

“Creemos que las hojas de cálculo son una herramienta digital que no está diseñada para el trabajo en equipo ni para compartir información en tiempo real, además tiene muchas carencias de trazabilidad y un coste alto de tiempo debido a la burocracia que conlleva” explica Alonso. Pero además, eran conscientes de que este proceso forma parte de un cambio cultural en la forma de trabajar de las fábricas, modificando la manera de hacer la estandarización en los procesos industriales, que tan importante es según los principios del lean manufacturing

El producto resultó un éxito pues “no solo ahorra papel y tiempo de gestión, sino que además favorece la transparencia y trazabilidad de los datos para ser analizados”, añade el experto.  

“No queremos posicionarnos como desarrolladores de software, sino como un motor para el cambio cultural y la digitalización de la empresa, haciendo el trabajo más fácil al principal activo de cualquier empresa: las personas”

El software presenta seis soluciones con sus numerosos productos o apps, a las que se van añadiendo continuamente nuevas capacidades, ya que el sistema sigue creciendo y reuniendo las mejores prácticas de muchos sectores y empresas. Además, la herramienta está traducida a quince idiomas y se complementa con otros sistemas existentes en las fábricas, como por ejemplo ERP, MES u otros. 

Esta complejidad la han alcanzado gracias a que “no somos una empresa solamente de software, ya que hemos pisado mucha fábrica, intentamos hablar su idioma y buscar soluciones que puedan implementarse desde el primer momento”, comenta Antonio Alonso.

Gracias a los que confiaron en el proyecto

Para el lanzamiento del producto mlean contó con el apoyo financiero de distintas entidades, entre las que destaca la de Caixa Innvierte Industria, Capital Risc y más tarde, Enisa que “confiaron en nuestro proyecto desde el inicio y apostaron por mlean cuando otras formas de financiación estaban más restringidas”, apunta el CEO de la compañía. “Enisa también supuso un gran apoyo tras la COVID-19, ya que han sido extremadamente flexibles con la amortización del préstamo que teníamos con ellos. Gracias a eso, nuestro sistema siguió creciendo a pleno rendimiento, no hicimos ninguna reestructuración laboral, a pesar de que nuestra fuente de ingresos se redujo sustancialmente debido al cierre temporal y el confinamiento”.

Roberto Delgado, Angélica Lozano y Antonio Alonso, fundadores de mlean.

El nombre de la compañía, Mobile Lean (mlean) viene de la convergencia de la trayectoria de los creadores de este software como ingenieros de telecomunicaciones con la de expertos en el campo del lean manufacturing y de la mejora continua. “Son dos disciplinas dispares que están siendo capaces de generar un sistema para digitalizar algo tan complejo como es la gestión del día a día de las fábricas. Teníamos claro que no queríamos posicionarnos como desarrolladores de software, sino como un motor para el cambio cultural y la digitalización de la empresa, haciendo el trabajo más fácil al principal activo de cualquier empresa: las personas”, explica Alonso. 

Precisamente, para el experto, uno de los retos más difícil es que no les vean como un vendedor más de apps, sino como el conductor hacia la eficiencia y la transformación digital basado en la gestión de personas, que son las que realmente mueven la producción. “Para generar ese cambio, nuestro sistema crea la disciplina, trae el método de esa transformación que lleva a mejores resultados y a la rueda de la mejora continua, porque, sin trazabilidad de datos y transparencia, es difícil mejorar procesos”, añade Roberto Delgado, CEO de mlean.

El arte de estar siempre al día

La compañía se distingue por su modelo de negocio bicéfalo y escalable, define Antonio Alonso. “En primer lugar, vendemos licencias cuyo principal valor es que cada dos meses hacemos mejoras en el sistema, fruto de todo lo que aprendemos con los diferentes clientes y así, unos clientes se nutren de otros sin saber exactamente de quién. Y, en segundo lugar, somos muy flexibles y permitimos la personalización de la herramienta a la forma de hacer de nuestros usuarios, apoyándolos en la implementación con la formación y el soporte que necesitan”, comenta. El experto también destaca el equipo humano que acompaña al cliente desde el inicio del proyecto hasta su total implementación en la fábrica.

El cambio digital, acelerado por la situación de la COVID-19, ha supuesto un incremento considerable en sus ventas, con vistas a ser todavía más globales y establecerse de forma presencial en otros países. Otro de los grandes retos que se plantean es ayudar a sus clientes a adaptarse al cambio para seguir siendo más competitivos.

Otro trabajo constante es la mejora tecnológica que tienen en su hoja de ruta, con la incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), machine learning o la realidad virtual. “La integración de estas tecnologías en nuestro sistema será un gran desafío que requerirá el desarrollo del talento interno además de atraer nuevo, que está muy demandado. Aunque al final lo importante no será tanto la generación de conceptos con estas nuevas tecnologías, sino su ejecución y adopción”, explica Alonso.

“Además de producto, queremos seguir siendo un sistema hecho por y para personas, pero sobre todo, que ayude a avanzar y a preparar el cambio hacia la digitalización. Tenemos definitivamente los pies en la tierra”, concluye el experto.

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