Ver un sindicato en Silicon Valley es algo excepcional. Y, si hablamos de las grandes tecnológicas, es una situación más aún más rara. Los trabajadores de Alphabet, matriz de Google, se han organizado para luchar por la igualdad laboral y los principios éticos en su modelo de negocio, en una situación sin precedentes en el valle.

La formación de este sindicato, que agrupa a alrededor de 200 trabajadores, se ha hecho pública tras un año de organización en secreto, y surge como forma de protesta contra los escándalos sexuales de algunos de sus ejecutivos. Según Nicky Anselmo, representante del sindicato de Google, la agrupación tiene como intención “asegurar que se respeten los valores que compartimos como empleados de Alphabet”.

Así, la Unión de Trabajadores de Alphabet -así se hacen llamar los sindicalistas de Google- se ha integrado en un sindicato más grande, que agrupa a 700.000 trabajadores del sector de las comunicaciones. Para afiliarse, desde la organización piden una aportación del 1% de salario, que servirán para pagar actividades conjuntas, apoyo legal y, en el peor de los casos, una caja de resistencia que serviría para hacer frente a las nóminas si se convoca una huelga.

Aunque el sindicato tiene como objetivo acabar con las prácticas que han implicado a algunos ejecutivos en casos de acoso sexual o la falta de ética profesional en algunas decisiones de la compañía, desde Alphabet no han puesto el grito en el cielo tras la formación de la agrupación. “Como hemos hecho siempre, continuaremos negociando directamente con nuestros trabajadores. Nuestros empleados tienen derechos laborales protegidos que apoyamos”, ha afirmado Kara Silverstein, directora de recursos humanos de Google.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La autoridad del trabajo de Estados Unidos ha denunciado en varias ocasiones a Google durante los últimos meses por interrogar a trabajadores -que más tarde ha despedido- por organizar las protestas contra la compañía y por organizarse en secreto.

Los últimos escándalos de Google

Los repetidos escándalos sexuales de algunos ejecutivos de Google han terminado con la paciencia de algunos de sus empleados, que ahora se han unido para luchar por la igualdad en el ámbito laboral dentro de la compañía. Uno de los casos más sonados fue el de Andy Rubin, creador de Android, que fue despedido en 2014 con una indemnización de 90 millones de dólares.

Tras las enérgicas protestas de los empleados por la alta compensación, Google eliminó la indemnización en el despido de Rich DeVaul, ejecutivo de la unidad Google X Lab que también fue acusado de acosar a un grupo de empleadas. «Entiendo el enfado y la decepción que muchos de vosotros sentís. También los siento yo, y me comprometo por completo a avanzar en el problema que ha persistido durante demasiado tiempo en nuestra sociedad… y, sí, también en Google», afirmó Sundar Pichai, CEO de la compañía, entonces.

Además de los escándalos sexuales, Google se enfrenta a duras sanciones por, en palabras del Departamento de Justicia de Estados Unidos, monopolizar el mercado de los motores de búsqueda en internet. Esta demanda ha contado con la implicación directa del presidente saliente, Donald Trump, y la postura de Joe Biden sobre el tema es aún una incógnita.

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