El teletrabajo en España tiene los días contados. Así lo demuestra un informe COTS, elaborado por la Universidad Autónoma de Cataluña y el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, que constata que el trabajo en remoto cayó un 50% mientras se cumplía un año del comienzo de la pandemia.
Según dicho informe, el teletrabajo en España ha caído hasta el 17,2% durante 2021, la mitad que durante el año anterior. Así, cuatro de cada cinco de los 25.000 empleados consultados ya habrían vuelto a la oficina o a sus puestos de trabajo presenciales. Por otro lado, el descenso en las tasas de teletrabajo afecta más a los puestos directivos, científicos y técnicos o administrativos.
Entre las principales causas, los autores del informe achacan la masiva caída del teletrabajo a la “escasa base tecnológica” de las empresas españolas. En este sentido, instan a otorgar un nuevo impulso a la digitalización de las pymes, argumentando que, “hasta que eso no cambie, España no será un buen país para teletrabajar”.
Además de los impactantes datos sobre el teletrabajo, el informe revela un preocupante aumento de la inseguridad laboral de los empleados españoles. En este sentido, el 75,2% de los encuestados afirman estar preocupados por encontrar un nuevo trabajo en caso de que perdieran sus puestos actuales.
Si el teletrabajo termina de desplomarse, ¿cómo será la vuelta a la oficina?
Con los datos en la mano, el teletrabajo parece tener los días contados en España, algo que no ocurre del mismo modo en la capital del ecosistema emprendedor mundial, Silicon Valley. En el valle, los empleados de grandes compañías como Apple han alzado sus hachas de guerra ante un comunicado de la empresa que les obligaba a regresar a sus puestos físicos durante los próximos meses.
Pero, si el fin del teletrabajo parece inevitable, ¿cómo será la vuelta a la oficina? Aunque apenas el 7,4% de los empleados españoles lo aplica, todo parece indicar que el trabajo híbrido será el protagonista del entorno laboral postpandemia. En este contexto, las herramientas que se han hecho imprescindibles durante el teletrabajo deberán seguir utilizándose por parte de los empleados para que la división de los equipos -los que estén en la oficina y los que trabajen desde casa- no afecte sobre la productividad.
Aprovechando este modelo, que junta el teletrabajo con las jornadas presenciales, muchas grandes compañías están apostando por un cambio de paradigma en las oficinas, utilizando la fórmula de las oficinas calientes. En realidad, no se trata de otra cosa más que realquilar algunos espacios de las grandes sedes, rediseñando los espacios propios para convertirlos en algo parecido a un coworking.
En este contexto, las medidas sanitarias serán otro de los ejes centrales que marquen el fin del teletrabajo. También los incentivos relacionados con la salud, como descuentos en gimnasios o seguros médicos, respondiendo a las demandas de los trabajadores en el entorno postpandemia.
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