Los concursantes de Gran Hermano suelen terminar haciendo carrera en los programas de televisión. El caso de Ismael Beiro, ganador de la primera edición del concurso, allá por el año 2000, no fue una excepción. Sin embargo, el concursante también ha hecho carrera fuera de los platós de televisión, y se ha convertido en un experto en Bolsa.
Precisamente fue el mundo de la televisión el que abrió las puertas del mercado de valores al ganador de la primera edición de Gran Hermano. “En un principio fue Pol Mainat quien, hablando con su socio, su padre Josep María Mainat, buscaban un presentador dinámico y divertido y, sobre todo, atrevido. Acepté el reto de presentar un reality sobre bolsa, ‘Trader’. Y les pedí que tenía que formarme mínimamente, ya que los participantes eran conocedores y profesionales de los mercados financieros. No quería hacer el ridículo”, recuerda en una entrevista con ABC.
Varios años después, el exconcursante de Gran Hermano está terminando su doctorado, estudia varios idiomas y ha publicado su primer libro, ‘La vida es trading’, en la que habla de su método para invertir en Bolsa, algo que “para la gente puede ser un mundo desconocido y temeroso”, apunta Beiro.
Tal es la pasión de Beiro por la Bolsa, que el ganador de Gran Hermano admite que su vida sería distinta si hubiera conocido este mundo antes de presentarse al concurso. “Si el trading lo llego a descubrir yo hace 21 años, nadie me conocería hoy. A lo mejor me conocerían por haberme convertido en un trader de éxito. En el fondo, ser marino mercante como yo es muy parecido a ser trader: trasladas a expresiones matemáticas el movimiento de los barcos. Lo mismo que con el movimiento de los precios. Sabiendo adelantarte al movimiento de los precios se gana mucho dinero”, explica en El Español.
¿De Gran Hermano a falso gurú de Bolsa?
Aunque el concursante de Gran Hermano ya ha escrito un libro sobre inversión, lo cierto es que, como él mismo reconoce, apenas tiene un año y medio de experiencia en esta materia. Quizás por eso, cabe preguntarse si estamos ante un nuevo falso gurú de Bolsa, una actividad que ha proliferado a raíz de la pandemia prometiendo altas rentabilidades o cursos de formación de poca calidad a precios desorbitados.
Para convencer a su público, en sus anuncios hacen gala de superdeportivos o mansiones en las zonas más caras de España -y del extranjero-, y achacan el éxito a un supuesto método infalible de inversión en Bolsa. Además, en ocasiones contratan a otros influencers para recomendar sus cursos o plataformas de inversión, a los que pagan entre 200 y 800 euros por cada usuario que consigan enganchar.
Además de los cursos, estos falsos gurús utilizan otras fórmulas para obtener dinero de sus seguidores. Una de las más comunes es la creación de clubes de inversión en Bolsa. Se trata de un servicio de suscripción, con un precio que ronda los 100 euros, donde sus clientes reciben “ideas” de inversión en determinadas acciones que prometen rentabilidades estratosféricas. Por eso, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya ha advertido sobre los peligros de creer en este tipo de falsos expertos para invertir en Bolsa.
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