01. Practicar la cultura del ahorro
Según Datisa, “aunque para generar dinero hay que invertir dinero, es interesante practicar la cultura del ahorro. Medir muy bien dónde emplear los fondos y, sobre todo, evaluar el retorno de la inversión, en términos de tiempo y de rentabilidad. Establece prioridades respecto a los gastos y las inversiones. Por ejemplo, mejor recurrir a las fuentes de financiación internas para evitar dependencias de terceros. Y, si hay que elegir, priorizar las inversiones en formación, en innovación y en personal, frente a otros gastos menos relevantes”.
02. Vigilar el flujo del efectivo
“La salud financiera de un negocio comienza en el día a día. La máxima es muy sencilla: que los ingresos ‘efectivos’ siempre estén por encima de los gastos. Si la empresa empieza a acumular pequeños gastos diarios, acabará teniendo que enfrentarse a un gran problema antes de lo que se imagina. Es importante hacer un seguimiento exhaustivo de los ingresos y los gastos y delimitar las líneas rojas”.
03. Tener siempre presentes las obligaciones fiscales
“Tanto si hablamos de declaraciones trimestrales como si pensamos en impuestos anuales, las cargas tributarias deben estar siempre en la mente de la dirección financiera. La mejor manera de hacer que los impuestos no representen una carga adicional para las pymes es llevar al día su contabilidad. Si las tareas financieras del día a día están actualizadas será más sencillo tomar decisiones complejas, ya que la contabilidad actualizada proporciona información económica del negocio. Una imagen real del estado de la situación financiera ayudará a planificar mejor, a analizar los resultados en clave de rentabilidad y a determinar qué área o función del negocio podría mejorar su rendimiento”, explican en Datisa.
04. Establecer procesos de control financiero
Permiten evaluar los resultados ‘reales’ del negocio y analizarlos desde diferentes prismas. Monitorizar y hacer seguimiento sobre los resultados también facilita el cumplimiento de los objetivos establecidos. Y, al proporcionar información en tiempo real, permite diseñar y poner en práctica acciones impulsoras o correctoras, según proceda. Por tanto, se puede decir que el control financiero en el entorno pyme cumple varias funciones: identifica desviaciones, previene situaciones de riesgo, diagnostica incidencias o errores y ayuda a tomar decisiones”.
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